Del iPhone 5s al iPhone 7: primeras impresiones

Este pasado viernes salió el iPhone 7 en España, entre otros muchos países, y yo, como usuario al que le gustan los productos de la empresa, me hice con una unidad.

La última vez que estrené móvil fue a principios de 2014, un iPhone 5s. De modo que cuando Tim Cook presentó el iPhone 7, sabía con un 99% de posibilidades que sería mi próximo teléfono.

No solo como aficionado a la tecnología, sino como blogger que escribe sobre ella, necesito tener una cierta actualización de dispositivos que, en ocasiones, hace que abandone mis pertenencias antes de que la vida práctica de estas llegue a su fin. A mi iPhone 5s le queda camino todavía y yo podría haber aguantado un año más con él, duro año para mis exigencias, pero lo podría haber hecho ¹.

La cosa es que decidí no aguantar y lanzarme a la nueva versión del iPhone 7.

Así que me fui a por él y llevo unas cuantas horas trasteándolo y alucinando por el salto.

Mi teléfono se fabricó en 2013, y estamos en 2016. 3 años en tecnología es mucho tiempo lo creáis o no, y por eso tenía muchísimas ganas de ponerle las manos encima.

Así que sin más dilación, vamos a ver lo que ha supuesto un salto tan grande en un dispositivo que uso cada día.

Cambios naturales

Lo primero que llama la atención son los cambios naturales del dispositivo. Cosas como el tamaño, el peso, el grosor, las curvas, la disposición de los botones, etc.

El iPhone 5s fue el último iPhone pequeño que Apple vendió hasta este marzo con el lanzamiento del iPhone SE, de modo que saltar al iPhone 7 supone un cambio en la pantalla, el físico del teléfono, etc.

Evidentemente, el cambio es bueno. Mi iPhone es el de 4,7 pulgadas, pero el cambio se nota muchísimo. El ancho se agradece y el alto aún más. Es muy cómodo de usar y cuesta creer que tan poca diferencia real (0’7 pulgadas) hagan tanto bien.

El diseño es espectacular. El acabado del iPhone 7 es similar al de las dos versiones anteriores pero con una diferencia: se ha perfeccionado. Y eso es de agradecer cuanto menos.

Los bordes del cristal no se notan, los bordes internos de la pantalla tampoco y el acabado general de la parte trasera es impecable, digno del iPhone 4 ². Además, la pantalla parece que está pegada al cristal y apenas hay hueco, es una sensación agradable que ya tuve con el iPad Pro.

Es más grande que mi iPhone 5s pero más ligero y la cámara, si bien sigue sobresaliendo, destaca menos gracias a que se integra en el propio dispositivo.

Novedades del iPhone 7

Por supuesto, hay ciertas novedades introducidas en modelos posteriores a mi 5s y, por supuesto, en el iPhone 7. Para mí ambas novedades son nuevas.

La primera de todas es 3D Touch, la capa de interacción extra que añadió Apple con el iPhone 6s. Me gusta mucho las posibilidades que tiene y el partido que se le saca con iOS 10. Mismos gestos pero más opciones, y sólo por hacer un poco más de fuerza. Lo único que lamento es que no todos lo implementen por igual en los mismos casos ³.

La siguiente cualidad que me ha encantado es la resistencia al agua. No, no lo he metido bajo el grifo todavía, pero el hecho de que se pueda mojar sin problemas hace que esté mucho más tranquilo que antes, el día a día va a ser genial.

¡Por fin tengo Live Photos en el iPhone! Adoro esa propiedad de iOS y por fin la tengo en el iPhone. Ahora mis imágenes serán más especiales gracias a ello, cosa que me encanta porque uno de mis hobbies es la fotografía.

Es pronto para hablar de la batería, necesito esperar a un día de la semana cotidiana para saber el rendimiento real. Pero sí que es verdad que he notado una mejora. Es normal, pero me fascina, por eso quiero saber cómo se comporta en un día normal para saber la mejora real que tiene.

Y la velocidad es algo que, por supuesto, también ha mejorado y he notado. Mi iPhone 5s fue el primer teléfono en incluir un procesador de 64 bits y se nota. Es uno de los motivos que hacen que el teléfono siga aguantando como lo hace hoy en día, pero estamos hablando de que el iPhone 7 tiene 4 núcleos (dos grandes y dos pequeños), es otro nivel. Al igual que con la batería, esto es algo que tengo que tengo que observar día a día.

Taptic engine llegó al iPhone 6s de forma tímida junto a 3D Touch, pero este año, gracias a iOS 10 nuevamente, cobra mucha mayor importancia. El sistema se comunica con pequeñas vibraciones a través de toda la interfaz, de modo que ahora el iPhone se comunica mejor con nosotros. Me gusta recibir pequeñas respuestas físicas del teléfono la verdad, es un pequeño detalle que parece una tontería, pero que me ha gustado mucho.

Y este punto me lleva al nuevo «botón» home. Ya tengo experiencia con el sistema de fuerza gracias a mi MacBook Pro y al MacBook que probé. Pero esto es mucho más pequeño, y el comportamiento es distinto. No simula al 100% el botón, pero no es una sensación extraña, parece que lo que se desplaza es toda la parte baja del teléfono, como si fuese un botón grande.

Al igual que poder aplicar fuerza sobre la pantalla permite otra forma de comunicación, espero que en un futuro se pueda variar el uso corriente del botón gracias a ese sistema de fuerza, al fin y al cabo, eso aporta más formas de comunicarnos con el teléfono y pueden ser explotadas sin problemas.

Por último, voy a hablar de una simple pero utilísima función que me tiene enamorado: Elevar para activar. Algo tan sencillo como levantar el móvil y que se encienda la pantalla me parece una genialidad.

Es la propiedad que se usa en el Apple Watch y ahora en el iPhone me parece mejor aún. No hay que tocar ningún botón, por lo que es más cómodo para todos ya que el teléfono es grande y no siempre se coge de la forma ideal para pulsar el botón de encendido. Además, es la solución perfecta al “problema” de la velocidad de la segunda generación de Touch ID.

Rápidamente: Touch ID 2 es muy rápido y cuando la gente pulsaba en el 6s el botón de inicio para encender el teléfono, éste registraba tan rápido la huella que el usuario se saltaba la pantalla de inicio con todas las notificaciones.

La solución que implementó Apple fue la de registrar la huella y desbloquear el teléfono, pero manteniéndose en la vista bloqueada con todas las notificaciones. Si el usuario quiere entrar en el teléfono pulsa el botón de inicio y listo. Así podría ver sin problemas todas las notificaciones e interactuar con ellas.

Pero es que esta solución es mucho mejor: levantas el teléfono, ves las notificaciones y si quieres lo desbloqueas con tu huella sin necesidad de pulsar el botón home ⁴.

Acceder al teléfono sin tocar un solo botón, me encanta.

128 contra 16

Uno de los puntos más importantes por los que quería cambiar mi pequeño iPhone 5s era su capacidad. 16GB son pocos GB para un móvil actual, pero en 2013-2014 tampoco estaba tan mal. Es más, he aguantado sin un solo aviso de espacio lleno hasta la última semana de uso.

Eso sí, menuda semana… Todos los días, a todas horas, mensajes de iOS, limitaciones de WhatsApp porque necesita 100MB para funcionar, eliminando audiolibros, canciones en Spotify, etc.

Por eso esta vez me he decantado por los 128GB como en mi iPad Pro.

No más limitaciones de espacio, no más restricciones en el uso de aplicaciones porque ”300MB en memoria es mucho espacio”. La tecnología está aquí para ayudarnos y hacernos feliz, si tenemos ese tipo de limitaciones no podemos disfrutarla y que queréis que os diga pero estamos en este mundo para disfrutar.

Es difícil saber quién debe actualizar o no, pero si tenéis un iPhone 5s sin duda es un gran momento, vais a cambiar la forma de relacionaros con vuestro teléfono y lo vais a agradecer.

No he hablado mucho de la cámara o de la carencia del puerto jack porque no lo he probado a fondo, son cosas que prefiero dejar de lado y hablar de ello bien en un futuro.

Sin duda, escribiré una extensa review sobre el dispositivo, de esas que hago yo. En ella profundizaré mucho más en las partes técnicas y en las novedades del iPhone 7.